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LA BELLEZA DEL PENSAR. CONOCIMIENTO VS SABER, EPISTEMOLOGÍA Y BIOLOGÍA, MATRIARCADO Y PATRIARCADO, NIETZSCHE Y HEIDEGGER

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Mensaje  Rogelis Castillo Lun Mar 19, 2012 3:18 pm

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PROGRAMA INTERINSTITUCIONAL
DOCTORADO EN EDUCACIÓN








LA BELLEZA DEL PENSAR. CONOCIMIENTO VS SABER, EPISTEMOLOGÍA Y BIOLOGÍA, MATRIARCADO Y PATRIARCADO, NIETZSCHE Y HEIDEGGER










Integrantes:
Diego Hernández
Rogelis Castillo
Dra. Ana de Garagozzo







LA BELLEZA DEL PENSAR. CONOCIMIENTO VS SABER, EPISTEMOLOGÍA Y BIOLOGÍA, MATRIARCADO Y PATRIARCADO, NIETZSCHE Y HEIDEGGER

La psicología contemporánea está sujeta a una linealidad e inflexibilidad, en la búsqueda de la realidad y bajo su abrigo se empeña en concebirla como única, externa al sujeto, fragmentada, libre de contexto y tiempo, en la cual el hombre se configura como un ente netamente pasivo. Además, deja de lado aspectos tan importantes como son los valores, los estados Psicoafectivos, así como, la relación intersubjetiva que tiene lugar entre los hombres.
Ante esta mirada, el ser humano vive un mundo de certidumbre que lo hace caer en la trampa de la razón - y con ello le roba el corazón- como condición cultural en el cual las cosas son tal cual como se ven en la cotidianidad. Pareciera no existir una óptica diferente para percibir el mundo; pues vivimos bajo las tinieblas atrapados en un callejón sin salida con un accionar mecánico y rutinario, que resta la oportunidad de mirar otras perspectivas.
De allí, que el transitar por esta vía nos ancle a la certidumbre, que nos hace dependientes e impiden ver otras circunstancias que lo ayuden a mirarse a sí mismo. Por otro lado, pareciera abrir de modo equivocado un gran acceso a la sapiencia, que alimenta su ego y lo transforma en un necio yoísta con alto grado de egoísmo, negándole la reflexión del hacer para cambiar el hacer.
No obstante, llega un momento en que el hombre cambia su pensar y su mirada -haciendo un paréntesis a la objetividad- deja de lado la dicotomía mente sociedad con la finalidad de acercarse a la esencia del hombre como ser social a través de sus vivencias testimoniales ubicadas, en un tiempo y espacio determinado para llegar a comprender los fenómenos en estudio y con ello la construcción del conocimiento.
Dicha experiencia está cargada de emociones que dominan sus accionar y se manifiesta mediante conductas dinámicas con participación del sistema nervioso y el cuerpo, para dar paso a relaciones intersubjetivas de diferente intensidad en la que se establece un diálogo horizontal entre los participantes en el mundo social compartido con solidaridad, tolerancia y respeto mutuo, entre otros.
Es así, como se abre todo el espacio reflexivo para transitar en el mundo de la ciencia apoyado en un cuerpo de teorías coherentes con la experiencia compartida, mediante actos colectivos configurados por múltiples realidades. Esta vivencia inédita puede variar, pues cada integrante tiene una visión distinta del contexto. Esto me permite afirmar, que todo conocimiento parte de esa incertidumbre inacabada presente en el entramado de intersubjetividades.
De las ideas anteriores, se evidencia que el saber entorpece la reflexión cotidiana del conocimiento, por lo que Maturana plantea las diferentes premisas del entendimiento humano, desde lo biológico, caracterizándose con la conexión filosófica de Nietzsche, en cuanto a la metamorfosis del espíritu, resaltando que el espíritu se va transformando desde las cargas que lleva el hombre hasta llegar como la de un niño en constante movimiento, es decir, estar en una meditación para diferenciar entre el saber del conocer.
Asimismo, Maturana resalta que existen obstáculos que impiden una reflexión del conocimiento entre ellos: las percepciones que se tienen ante la vida manifestada por las enajenaciones, como lo relacionó con el cuadro “Cristo coronado de espinas” por el maestro Hertogenbosch mejor conocido como Bosch, estas limitaciones o tentaciones como las analizó Maturana, alcanzarían imposibilitar la reflexión del conocer como: la superficialidad, la vanidad, envidia y la más interesante como la certidumbre, que nos hace ver que todo lo que observamos y sabemos es con certeza; orientándonos hacia el saber que implica axiomas, principios, y que al creer que se tiene toda la sabiduría se convertiría en un fenómeno individual ciego al acto cognoscitivo del otro ser humano.
En consecuencia, la premisa “conocer el conocer” depende en gran medida de la realidad que debe ser independiente del ser y fundamentado en las experiencias que pueden refutar más adelante equivocaciones del conocimiento, para ello sus planteamientos enfatizan que la conducta humana es de acuerdo a las emociones, que por supuesto no va en contra de la razón, sino que la misma razón del ser humano se funda en lo emocional del hombre.
Por eso se llega a la conclusión que los constructos pueden ir en función a la teoría científica o filosófica. La primera, se refiere a la coherencia con la experiencia donde no existe inclinación a los principios y éstos pueden cambiar con facilidad. En cambio, la teoría filosófica estipula la coherencia con principios, donde solo varía la experiencia, por lo que se puede transformar en una ideología y no en una crítica reflexiva de la realidad, porque se basa en los principios sin someterlo a cambios o movimientos; como manera de la metamorfosis del espíritu planteado por Nietzsche, donde el espíritu no se sentiría comprometido con alguna creencia o ideología.
Esto conlleva, que todo constructo racional del hombre contiene premisas emocionales cargadas desde sus principios, por ser de condición cultural y humana. Y para no incurrir en estas tentaciones o pecados que se mencionaron anteriormente y principalmente de la certidumbre, se debe estar en un continuo movimiento del pensamiento para evitar percepciones fuera de la realidad. Finalmente, se debe tener presente los siguientes aforismos de Maturana que sintetiza las ideas planteadas como:
“Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer” y “todo lo dicho es dicho por alguien”.




Rogelis Castillo

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